El ingreso de les jóvenes al mercado laboral es cada vez más difícil y el desempleo es moneda corriente. En pueblos como Magdalena, hay pocas opciones: la curtiembre, la cárcel y pará de contar.
Los barrios en 2020 se movieron al ritmo de las ollas populares que llenan las panzas vacías pero también llenan las broncas. Llenas como los hospitales donde ya no entra ni una lágrima.
No hay comentarios aún.