Las instituciones de encierro deberían ser espacios sanos y limpios, para la reinserción social y no para castigo. La verdad es otra. Un grupo de jóvenes que están estudiando privados de su libertad nos hablan en primera persona de la violencia institucional.
Patricia, Paulina, Pamela y Sabrina son cuatro mujeres trans con cuatro trayectorias muy distintas, pero con un punto en común: el impacto de la Ley de Identidad de Género en sus vidas.
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